CERCADO DENTRO DE LA MANADA
A veces
husmeamos en silencio
y no basta.
Entonces
nos alimentamos de todo lo dicho
y no basta.
Sin
resignarnos acudimos a ciertas manías y a ritos que fueron transformados en
costumbres por la manada.
Y no basta.
Apuramos
pasos de ida y vuelta.
El
movimiento es para nosotros la verdadera contemplación.
Ahí nos refugiamos.
Lo
convertimos en la madriguera de nuestras indecisiones.
Una vez
dentro,
evitamos
las palabras que describen el entorno
y
afilamos nuestros instintos.
Aullarle
a lo prohibido es un ritual que aprendemos con otro.
Sospechar
es una manía ya usual entre los viejos.
Alguien
siempre pregunta:
“Who is
the third who walks always beside you?”
“Who is
the third who walks always beside you?”
Por eso,
en la oscuridad,
cuando
nada logra distinguirse, seguimos olfateando.
En el
olor acecha lo que no puede dejar de pertenecer.
Poema escrito para el International
Writing Program's Narrative Witness Network University of Iowa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario